lunes, 23 de noviembre de 2015

UN SALTO ATREVIDO




Un millonario promueve una fiesta en una de sus mansiones; en determinado momento pide silencio a sus invitados, la música para, y dice, mirando hacia la piscina donde criaba cocodrilos australianos:

- El que logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará toda mi colección de coches. ¿Alguien se atreve?

Espantados, los invitados permanecen en silencio y el millonario insiste:

- El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis coches y mis aviones. ¿Alguien se atreve ahora?

El silencio impera, y una vez más, ofrece:

- El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis coches, mis aviones y mis mansiones; es mi última oferta.

En este momento, alguien salta a la piscina. La escena es impresionante... es una lucha intensa, el hombre se defiende como puede, agarra la boca de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles... Hay mucha violencia y emoción. ¡Parecía una película de Cocodrilo Dundee!

Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente, lleno de arañazos, hematomas y casi muerto. El millonario se aproxima, le felicita por su proeza y le pregunta:

- ¿Dónde quiere que le entregue los coches?

- Gracias pero no quiero su colección de coches.

Sorprendido, el millonario pregunta de nuevo:

- ¿Y los aviones? ¿dónde quiere que se los deje?

- Gracias, pero no quiero sus aviones.

Extrañado por la reacción del hombre, el millonario pregunta:

- ¿Y las mansiones? ¿cuando quiere hacer el traspaso?

- Yo tengo una bella casa, no necesito ninguna de las suyas; puede quedarse con ellas. ¡No quiero nada que sea suyo!

Impresionado, el millonario le pregunta:

- Pero si usted no quiere nada de lo ofrecido, ¿qué quiere entonces?

Y el hombre le respondió muy irritado:

- ¡Encontrar al maldito imbécil que me empujó a la piscina!

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