miércoles, 18 de noviembre de 2015

RECUERDA QUE HA MUERTO




La lápida de cartón siguió colgada de la pared del aula durante el resto del año. En las raras ocasiones en que alguno de los alumnos olvidaba el acto y decía «No puedo», Donna se limitaba a señalarle el signo de RIP. Entonces, el niño o la niña, recordaba que «No puedo» había muerto y buscaba otra forma para expresarse.

Yo no fui uno de los alumnos de Donna, ella era una de los míos. Sin embargo, aquel día aprendí de ella una lección inolvidable. Ahora, años después, cada vez que oigo decir «No puedo» vuelvo a ver las imágenes de aquel funeral en la clase de cuarto grado y, como aquellos estudiantes, recuerdo que «No puedo» ha muerto.

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