sábado, 12 de diciembre de 2015

ÁNGEL GUARDIÁN




Descalza y sucia, estaba una niña sentada en el parque viendo pasar a la gente. Ella no buscaba a nadie. Al contrario, yo me encontré caminando hacia ella. Por lo que sabemos, un parque lleno de gente extraña no es un lugar para que una niña pequeña juegue sola. Mientras yo caminaba hacia ella note un abultamiento en su espalda lo cual indicaba una deformidad.

Imaginé que esa sería la razón por la que nadie se giraba a mirarla y hacían como que no les importaba. Conforme me acercaba pude ver la forma de su espalda. Era una joroba muy grande. Le sonreí y le hice saber que todo estaba bien. Yo estaba ahí para ayudar, también para hablar. Me senté a su lado y comencé con un simple:

- Hola.

La pequeña actuó asustada y expresó un:

- Que tal —después de mirarme un rato a los ojos. Yo sonreí y ella me respondió con una sonrisa.

Charlé con ella hasta el anochecer y el parque quedó desierto. Todos se habían ido y nos quedamos solos. Le pregunté a la pequeña porque estaba tan triste. Ella me miró y dijo:

- Porque soy diferente.

- Tu me recuerdas a un ángel, dulce e inocente —le dije sonriendo.

Me miró y sonrió lentamente, se puso de pie y dijo:

- ¿De veras?

- Si querida, tú eres como un pequeño ángel guardián enviado para cuidar a la gente que pasa por aquí —afirmé.

Asintió con la cabeza y de pronto extendió sus alas. Con una chispa en sus ojos, dijo:

- ¡Lo soy! Yo soy tu ángel guardián.

Me quede sin habla, seguramente estaba viendo visiones. Ella dijo:

- Cuando tu empezaste a pensar en otros en lugar de ti mismo mi trabajo aquí se terminó.

Inmediatamente me puse de pie y dije:

- Espera, ¿porque nadie más se detuvo para ayudar a un ángel?

Me miró y suavemente respondió:

- Porque tú eres el único que puede verme —y se fue.

Aquella experiencia cambió mi vida. Tu ángel siempre esta contigo. El mío lo estaba. Tal vez te haga malabares frente a tu coche, o tratara de limpiar tu parabrisas o te pida una moneda. Tal vez lleve a un niño a cuestas y esté vendiendo canastas en una esquina. Tal vez llame a tu puerta para pedir un poco de ropa o dejar un mensaje. Recuerda ofrecerle un vaso de agua. Tal vez llame por teléfono aparentando que es un numero equivocado. Tal vez está sentado a tu lado...

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